Cerveza es poesía

De cara a inaugurar nuestra sección de cervezarte, en Beerparacreer hemos decidido abrir con un poema de uno de nuestros autores preferidos, Charles Bukowski.

Desde su realismo sucio tan característico, y recurriendo a un estilo visceral y contundente, Bukowski dibuja un reflejo de su propia existencia –miserable según el propio autor- a través de un paralelismo entre la cerveza –su verdadera acompañante- y el amor fallido. Tan exitoso fue la pieza poética, que ha sido hasta animada -por el colectivo Nerdo- Una oda a la bebida, pesimista y nihilista pero de un virtuosismo innegable. Un poema que desató la polémica debido a que rompió los moldes estilísticos, formales y temáticos de un ámbito tan a priori a priori libre como la poesía pero en innumerables veces tan probadamente elitista y encorsetado. Un golpe en la mesa de un hombre atormentado. Una oda a la cerveza.

A continuación incluimos el poema en cuestión, publicado por Henry Charles Bukowski (1920-1994):

CERVEZA

No sé cuántas botellas de cerveza bebí mientras esperaba que las cosas mejoraran. No sé cuanto vino, whisky y cerveza, principalmente cerveza bebí después de haber roto con una mujer esperando que el teléfono sonara esperando el sonido de los pasos, y el teléfono no suena sino mucho más tarde y los pasos no llegan sino mucho más tarde. Cuando el estómago se me sale por la boca, ellas llegan frescas como flores en primavera: -“¿Qué carajo hiciste? Pasarán tres días antes de que puedas metérmela” Una hembra dura más vive siete años y medio más que el macho, y toma muy poca cerveza porque sabe que es mala para la silueta. Mientras nos volvemos locos ellas están fuera bailando y riendo con muchachos divertidos. Bueno, hay cerveza bolsas y bolsas de botellas vacías de cerveza y cuando levantas una se desfonda y las botellas caen rodando entrechocándose derramando ceniza gris húmeda y cerveza vieja o las bolsas caen a las 4 de la mañana produciendo el único sonido en tu vida. Cerveza ríos y mares de cerveza cerveza, cerveza, cerveza. La radio pasa canciones de amor mientras el teléfono permanece en silencio y las paredes se ciernen y cerveza es todo lo que hay.